Para Jorge Rojas, pianista y director de The Ramblers, la coyuntura del Mundial de Fútbol -a celebrarse entre mayo y junio de 1962 en el país- era una oportunidad que no había que desperdiciar, y se aventura en componer el que se transformaría en el himno futbolero por excelencia de la cultura chilena. De manera paralela, el joven productor Camilo Fernández buscaba consolidar su olfato como descubridor e impulsor de talentos juveniles, que lo había llevado a fundar la Nueva Ola en 1959 con las pioneras grabaciones de Nadia Milton y Peter Rock. Como su visión era crear una nueva filial discográfica que pudiera proveer al medio chileno de discos grabados en el país, necesitaba un grupo.
celebrado estreno en vivo de ‘El rock del del Mundial» en el Festival de Viña del Mar en febrero de 1962, se produce el encuentro. Camilo Fernández había encontrado lo que buscaba para grabar el primer LP de rocanrol hecho en Chile, editado por el sello Demon, nueva filial de RCA Victor.
Con un riff de guitarra que en apenas diez segundos alza la introducción más característica del rocanrol nacional, The Ramblers dan la partida al éxito más importante de aquel año. Lanzado el 1 de mayo, el álbum se convierte tanto en el hito de inicio de la historia discográfica del rock en Chile en formato long play como en el primer fenómeno de superventas de la industria local, alcanzando una cantidad indeterminada de copias vendidas. Las cifras más austeras hablan de 80 mil discos, un número exorbitante para la época, considerando que la población nacional apenas superaba los ocho millones de habitantes.
En The Ramblers, la orquesta sintoniza con las agrupaciones más destacables de Estados Unidos. El riff de guitarra de ‘El rock del Mundial’ es el símil chileno de ‘Johnny B. Goode’ de Chuck Berry, y la batería de Romeo Bader perfectamente pudo estar en los cometas de Bill Haley o la banda de Chubby Checker. ‘Mucho amor’ debe contener el anticipo de batería más reconocible del repertorio nuevaolero, que también sirve de plataforma para el despliegue vocal de Germán Casas, que comunica con tanta elegancia como desfachatez. Otros hits como ‘Twist del recluta’ y ‘Twist del estudiante’ dejan de manifiesto la precisión y talento del contrabajo, el piano y las sesiones de vientos, para nutrir a la orquesta de sustento rítmico y cohesión. En total, 12 piezas donde se conjugan canciones enérgicas y bailables con el talento virtuoso de los músicos.
Esta prístina banda representa a toda una generación de jóvenes que, como su exitoso primer LP, suenan efectivamente felices. Como un emblema chileno que remite a una época fundamental en la historia moderna del país. La década del 60 había comenzado, conectando a Chile con el mundo a través del espectáculo deportivo más popular del planeta y bailando alegremente el rocanrol.
Fuente: Libro 200 Discos del Rock Chileno